24.8.09

puente romano

Una serpiente forjada veinte siglo ha, sobrepasa como un río de adoquines la cosecha de los días, para arribar a una uve de puntos de luz.
Puntos de luz que prometen que si el aquí real fuera una larga nota de rechazo del ficticio alla, la piel de asfalto centraría la realidad sobre lo lóbrego.
Como un reptil abriendo camino por entre los miedos que custodian el albor de la vivaz, voraz, virulenta, vetusta, vibrante, venenosa uve de vatios luminiscentes, la serpiente-puente de piedra romana, rememora el holocausto de la soledad de los días.
Texto de Guillermo Jiménez.

19.8.09



9.8.09